“Esperamos que nuestra economía continúe recuperando gradualmente su dinamismo, con el fin de alcanzar una tasa de crecimiento de alrededor de 3% este año”, planteó el ministro de Hacienda, Alberto Arenas, en la “5th Annual BBVA Latin America Conference”, que se realiza hoy y mañana en Nueva York.
En el encuentro participan también los ministros de Finanzas de Paraguay, Santiago Peña, y de Perú, Alonso Segura, y el director del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI), Alejandro Werner, entre otros personeros.
Durante su exposición, Arenas dijo que la economía chilena se ha enfrentado a un proceso de ajuste macroeconómico que se reflejó en una pronunciada desaceleración, derivada principalmente de factores externos y del deterioro del precio del cobre, que afectó la inversión minera, que es uno de los motores del país.
El año pasado, la economía creció 1,9% y tocó fondo en el tercer trimestre, en el que el crecimiento fue de 1%. Desde entonces inició una gradual recuperación. En el último trimestre de 2014 registró 1,8% y en el primer trimestre de este año la expansión promedió 2,2%.
El ministro Arenas también consignó que la caída de los términos de intercambio, junto con el proceso de estrechamiento de la Reserva Federal y la política monetaria expansiva en Chile han llevado a una depreciación sustancial del peso chileno. Destacó que a pesar de esto, el ajuste de la economía a las nuevas condiciones externas ha sido saludable. El déficit por cuenta corriente, que era una preocupación hasta hace un año, ha disminuido sustancialmente. El año pasado el déficit alcanzó el 1,2% del PIB, y para este año se espera una cuenta corriente equilibrada.
El desempleo se ha mantenido estable y en niveles históricamente bajos y en 2014 hubo un aumento importante en la inversión extranjera directa, que creció 15%.
Entre los factores que justifican el cauto optimismo respecto de 2015 mencionó el que la economía mundial debería aumentar su tasa de crecimiento ligeramente, lo que redundará en una demanda algo más fuerte de los socios comerciales; la flexibilidad del tipo de cambio que ha permitido que el peso se deprecie más del 10% en términos reales desde mediados de 2013 está permitiendo que sectores transables ganen competitividad. De hecho, las exportaciones industriales mostraron un repunte importante al año pasado, con un crecimiento de 4,2% tras dos años de expansión casi nula.
A lo que se suman la política monetaria expansiva y la política fiscal contracíclica: “El Presupuesto para este año contempla una expansión del gasto del 9,8%, dirigida principalmente a la inversión pública, que se espera que crezca un 27,5% este año”. Explicó que el hecho de que gran parte del crecimiento del gasto público se concentre en inversión significa que el estímulo fiscal se puede retirar fácilmente, y por lo tanto facilita la convergencia del déficit estructural sin imponer ajustes costosos.
Reformas para una mayor inclusión
Destacó que Chile ha sido un país muy exitoso en muchos aspectos, lo que se refleja en años de crecimiento sostenido e inflación estable que han permitido reducir significativamente la pobreza y mejorar el nivel de vida. “Esto se ha logrado gracias a una institucionalidad sólida y creíble”, en la que destacó la autonomía del Banco Central.
“Los sucesivos gobiernos han establecido un compromiso firme y creíble con un enfoque responsable de las finanzas públicas. Desde 2001 el gasto público se rige por una regla fiscal que vincula los gastos a los ingresos estructurales. Esta regla se formalizó en 2006 con la Ley de Responsabilidad Fiscal (…). Gracias a esta regla, el gobierno fue capaz de ahorrar gran parte de la bonanza de los altos precios del cobre durante el primer mandato de la Presidenta Bachelet. Actualmente, el país tiene activos líquidos por US$ 31 mil millones, por encima del 10% del PIB, y la deuda pública neta es negativa”, detalló.
Sin embargo, Arenas advirtió que a pesar de los avances, Chile sigue siendo uno de los países más desiguales de la OCDE: “Los ciudadanos chilenos están cada vez más conscientes de esta desigualdad y han exigido el cambio”. Por ello, enfatizó que Chile necesita seguir creciendo, pero también tiene que dar pasos decisivos hacia la construcción de una sociedad más inclusiva.
Explicó que para abordar esta dimensión, el gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet puso en marcha un programa de reformas estructurales que incluyen una reforma tributaria, aprobada el año pasado por una amplia mayoría parlamentaria y actualmente en fase de implementación; una reforma del sistema educativo, para formar un capital humano acorde a los desafíos del Siglo XXI; y reformas políticas.
“El hecho de que comenzáramos nuestra agenda de reformas con la reforma tributaria refleja nuestro enfoque fiscalmente responsable hacia las políticas públicas: los aumentos permanentes en los gastos del gobierno debe ser financiados con mayores recursos permanentes en el Presupuesto. Este enfoque es una importante contribución a la estabilidad macroeconómica. Hace que la política fiscal sea creíble, lo que a su vez ayuda a reducir la prima de riesgo del país, posibilitando que el endeudamiento externo para todos, incluyendo el sector privado, más asequible”.
Comentó el anuncio de Fitch ratificando hoy su clasificación de riesgo de Chile en A+ con una perspectiva estable para la deuda soberana: "Es un reconocimiento a la solidez de bases macroeconómicas de Chile y de sus finanzas pública. Su diagnóstico sobre las fortalezas y flexibilidad de nuestra economía, que nos han permitido realizar ajustes para impulsar la moderada recuperación que observamos hoy, es muy similar al nuestro”.
Relevó que esta reforma hacia un sistema tributario más progresivo acerca la carga de los impuestos directos a niveles de otros países de la OCDE.
“Junto con estas reformas estamos implementando una serie de medidas sectoriales para aumentar la productividad y estimular el crecimiento en el mediano plazo”, acotó refiriéndose a las agendas de Productividad, Innovación y Crecimiento y de Energía, al plan para fortalecer la inversión y el plan de concesiones en infraestructura, a fin de enfrentar los cuellos de botella que afectan a la productividad.
“Para avanzar en esta dimensión estamos apostando en gran medida a la asociación público-privada, que ha demostrado ser un medio muy eficaz de aumentar la infraestructura”, dijo el ministro.
Políticas para atraer inversión extranjera
Alberto Arenas detalló que como parte del continuo esfuerzo para hacer que Chile sea más atractivo para los inversionistas extranjeros Chile se han firmado recientemente nuevos tratados de doble tributación, el más importante con China, y “tenemos un fuerte compromiso con el proceso de acuerdo de la Asociación Trans-Pacífico (TPP) de libre comercio”.
Detalló entre las medidas para fortalecer la regulación financiera la aprobación de la ley que creó el Consejo de Estabilidad Financiera y el pronto envío de indicaciones al proyecto que Ley que fortalece a la Superintendencia de Valores y Seguros, en especial su gobierno corporativo.
“Estoy convencido de que en 2030 nuestro país tiene la capacidad de convertirse en una plataforma financiera dentro de América Latina. Nuestro país tiene muchas ventajas comparativas que contribuirían a un papel como plataforma regional: tiene instituciones sólidas, en particular los relacionados con la gestión macroeconómica; tiene un sistema financiero fuerte y profundo, que demostró su capacidad de resistencia durante la última crisis financiera; y también posee un capital humano altamente calificado”.
Relevó que en el primer año de gobierno se impulsaron dos iniciativas destinadas a la internacionalización y la integración de los mercados financieros: convocar el Comité Consultivo sobre los Mercados de Capitales y la agenda de trabajo con los países de la Alianza del Pacífico, con el objetivo de profundizar el nivel de integración económica entre Chile, Colombia, México y Perú.
“Debemos seguir avanzando para mejorar nuestra institucionalidad económica y el desarrollo de nuestros mercados de capitales. Para alcanzar estos objetivos, estamos constantemente trabajando para identificar y aplicar las medidas necesarias.
También explicó que actualmente tramitamos en el Congreso una nueva institucionalidad en materia de atracción de inversiones extranjeras, que generará un marco de reglas de largo plazo y contribuirá a la materialización de proyectos de manera más transparente y eficiente: “Somos un país que acoge a los inversionistas que quieren crecer con nosotros”, manifestó.
Agregó que “hace varias décadas aprendimos que todos los países que aspiran al desarrollo necesitan un porcentaje relevante de inversión extranjera, de una inversión extranjera consciente de que los estándares que hoy hacen sustentables los proyectos de largo plazo no son sólo financieros, sino también ambientales, sociales y políticos; porque el largo plazo sólo puede proyectarse en un ambiente de gobernabilidad”.
Y acotó que el gobierno de la Presidenta Bachelet está implementando e impulsando una serie de reformas que apuntan a darle gobernalidad al crecimiento, aumentar la productividad, construir reglas estables para el largo plazo y garantizar la solvencia de las finanzas públicas.
“Chile es un país que tiene y seguirá teniendo una institucionalidad proinversión, que respeta el derecho de propiedad, que da certeza jurídica y nuestro gobierno que está plenamente comprometido con esto. Los invito a que vayan a Chile. Hay muchas áreas donde encontrarán oportunidades de inversión, donde podemos aprender de su experiencia y conocimiento”, afirmó.
Finalmente, dijo que el Gobierno está trabajando para abrir nuevos espacios a la inversión privada nacional e internacional.