Alberto Arenas descartó que este proyecto de ley vaya a tener efectos en la clase media, desvirtuando efectos en pensiones, viviendas y en el empleo.
Una concurrida y variada audiencia participó esta tarde de un diálogo ciudadano con el ministro de Hacienda, Alberto Arenas, sobre el proyecto de ley de Reforma Tributaria en el teatro Palermo, en la comuna de Puente Alto.
A la actividad, convocada por el senador Carlos Montes y el diputado Osvaldo Andrade, se sumaron el gobernador de la provincia Cordillera Carlos Becerra; el alcalde de La Pintana, Jaime Pavez; concejales de las comunas de Pirque, La Pintana, San José de Maipo, cores, el presidente de los transportistas, Juan Araya; dirigentes provinciales de la CUT , vecinos y vecinas de la zona.
El ministro partió explicando que el Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet tiene como columna vertebral enfrentar la desigualdad en todas sus dimensiones, para alcanzar un desarrollo inclusivo, y que para alcanzar este objetivo se requiere contar con ingresos permanentes para financiar nuevos gastos permanentes: “Por eso, la Reforma Tributaria la estamos haciendo no sólo por cumplir un programa de Gobierno, sino porque estamos absolutamente convencidos de que enfrentar la desigualdad implica políticas de Estado, que generan gastos permanentes, tales como los que hay en las casas, y eso implica contar con ingresos permanentes para hacer sustentable su financiamiento”, enfatizó.
Arenas dijo que esto permitirá garantizar acceso a un a educación gratuita de calidad, que termina con el financiamiento compartido, lo que significará no menos de US$ 5.500 millones.
“Es por eso que nos hemos puesto una meta importante. Este no es un ajuste tributario, sino una reforma estructural que cambia la forma cómo hoy se recauda, para que esa recaudación alcance 3 puntos del PIB y podamos sumar a las arcas fiscales US$ 8.200 millones para destinarlos a educación, salud y fortalecer el sistema de pensiones solidario y equilibrar las cuentas fiscales. También tenemos que financiar el programa más agresivo en salud pública, poner US$ 1.000 millones anuales en salud”, planteó el secretario de Estado.
Además reiteró que otro objetivo de este cambio tributario es avanzar hacia un sistema más solidario, donde los que tienen más proporcionalmente paguen más, “por eso vamos a reducir además la evasión y la elusión, para que todos paguen los impuestos que corresponden. Hay que fortalecer el Estado para que pueda fiscalizar mejor y disminuir la elusión y evasión de impuestos y así recaudar otro 0,5 puntos del PIB, unos US$ 1.400 millones”.
El ministro hizo hincapié en que se han tejido muchos mitos sobre el efecto de la Reforma Tributaria: “El debate que enfrentamos hoy es ideológico. Estamos aumentando el tamaño del Estado y fortaleciendo la actividad pública y por cierto que hay unos que quieren obstruir, porque no les interesa que el Estado se agrande. Esperamos que el debate sea transparente. La Reforma Tributaria cuenta con un tremendo respaldo de la ciudadanía”.
Desvirtuó de plano algún impacto negativo para la clase media y las micro y pequeñas empresas: “La clase media, que es casi 80% de la población en Chile, no se ve afectada. La mayor carga tributaria se centra en el 10% más rico y en el 5% de las empresas más grandes. Los que ganan más pagarán más porque queremos recaudar de forma progresiva”. Descartó de paso que afecte el crecimiento y por ende el empleo.
Respecto del efecto en las pensiones planteó: “Seguramente todos han escuchado que la Reforma Tributaria afecta a las pensiones. Pero cuántos aquí tienen una pensión superior a $ 500.000. Nadie. Ese es el problema con las pensiones, que como son tan bajas más del 95% de los pensionados queda exento. No hay cambios en las pensiones. Además deben saber que las cotizaciones no pagan impuestos y los fondos no son contribuyentes”.
También descartó un efecto en el precio de las viviendas.
Al término de su exposición el ministro respondió una nutrida variedad de interrogantes de los asistentes sobre los efectos de la reforma en los distintos ámbitos, además de plantearle inquietudes sobre la situación hospitalaria y otras materias. La reunión duró más de dos horas.