Una intensa agenda desarrolló el jefe de las Finanzas Públicas de Chile, Felipe Larraín, durante su participación en el IV Encuentro de Ministros de Hacienda de América y el Caribe, y la Asamblea Anual de Gobernadores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que se realizó este fin de semana en Calgary, Canadá.
Tras arribar el viernes en la noche a esa ciudad, el ministro Larraín sostuvo de inmediato una cena de trabajo con sus pares de la región, donde se inició el debate y el intercambio de opiniones sobre el desempeño de América Latina en la reciente crisis económica.
“Si bien hay desempeños dispares, la región salió fortalecida de la crisis y hay un reconocimiento transversal de ello”, afirmó el secretario de Estado chileno.
Otros temas de debate fueron cómo responder frente a los flujos de capitales, el manejo de las presiones inflacionarias y la efectividad de la integración regional.
“El caso de Chile fue destacado, por el buen manejo de sus finanzas públicas, el reciente ajuste fiscal para contribuir a contener la inflación, y las expectativas de crecimiento superiores al 6%. Muchos se sorprendieron que un país en la posición fiscal de Chile ajuste el gasto, pero entendieron las razones”, agregó Larraín.
Asimismo, el secretario de Estado chileno tuvo diversas reuniones bilaterales con el director del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Luis Alberto Moreno, y con los ministros de Hacienda de México, Colombia y Uruguay.
También sostuvo un encuentro de 20 minutos con el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Timothy Geithner, al que ambos asistieron sin asesores.
“Conversamos sobre la reciente visita del Presidente Obama a Chile y los desafíos de la recesión en Japón; asimismo, compartimos la visión sobre los riesgos para la economía mundial de una escalada de precios internacionales tanto del petróleo como de los alimentos”, dijo el ministro Larraín.
Además, el jefe de las Finanzas Publicas aprovechó la ocasión para destacar la forma en que los gobiernos de Chile, Colombia, Perú, México y Uruguay han reaccionado a las presiones a la apreciación de sus monedas; y el desafío de reducir la volatilidad del crecimiento económico a través de sistemas que amortigüen ingresos extraordinarios, como la regla fiscal chilena y sistemas cambiarios flexibles.