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Jueves, enero 6 de 2011

Ministro de Hacienda, Felipe Larraín, analiza con líderes mundiales escenario económico y plantea abrir mayor espacio a monedas de países emergentes

El ministro de Hacienda, Felipe Larraín, participó —como la única autoridad latinoamericana invitada— en el foro internacional “Nuevo mundo, nuevo capitalismo”, que se realiza hoy y mañana en París, Francia, donde analizó con líderes mundiales las perspectivas de la economía internacional para 2011 y planteó abrir un mayor espacio a las monedas de naciones emergentes, por ejemplo de países latinoamericanos como Brasil y Chile.
El encuentro es organizado por el Ministerio de Economía, Finanzas e Industria de Francia, país que este año ostenta la presidencia del G-20, y cuenta con la participación de ministros de Finanzas y Asuntos Exteriores de varios países de Europa, y destacados economistas, como Jeffrey Sachs, de la Universidad de Columbia, y el Premio Nobel de Economía 2001 Joseph Stiglitz.
 
Las actividades se iniciaron hoy jueves con los discursos de apertura de los primer ministros de Grecia, George Papandreou, y de Francia, Francois Fillon.
Larraín explicó que “el primer ministro griego planteó el ajuste draconiano que están haciendo, al reducir el déficit fiscal en 6 puntos del producto en un año. Es un ajuste enorme, doloroso, pero la verdad es que estos países no tienen mucha alternativa”.

Agregó que “el esfuerzo y el compromiso no es sólo en lo fiscal, sino también en eliminar la corrupción, el clientelismo, los privilegios, el lobby y otro tipo de prácticas que habían corroído a la sociedad griega y a la gobernabilidad de su país. Es decir, hizo un planteamiento bastante más fuerte y profundo que una reforma fiscal, por profunda que ésta sea”.

A continuación se realizó el primer panel de trabajo, donde se analizó el tema “¿Qué políticas económicas para el mundo por venir?”. Este panel fue presidido por George Osborne, ministro de Hacienda del Reino Unido, y Giulio Tremonti, ministro de Economía y Finanzas de Italia.
 
En él intervinieron Antonio Tajani, vicepresidente de la Comisión Europea y comisionado para la Industria y el Emprendimiento, y Jeffrey Sachs, profesor titular y director del Earth Institute de la Universidad de Columbia; autor —junto al ministro Felipe Larraín— del reconocido libro Macroeconomics in the Global Economy, y asesor especial del secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
El ministro Larraín destacó que tanto Osborne (Reino Unido) como Tremonti (Italia) dieron “un completo respaldo al euro, que ellos están detrás de esa moneda, y que Europa tiene que dar la seguridad que puede poner su casa en orden. Ese es el desafío que ellos tienen y están tomando todas las medidas para que así sea”.

Con todo, el secretario de Estado chileno advirtió que, en general, el escenario económico en Europa hoy plantea “una época de crecimiento lento, con países que están en distinta forma: Alemania y Francia mucho mejor que el resto; y otros muy complicados, como Grecia, Irlanda, España y Portugal, e Italia con algunos problemas”.
 
Posteriormente se realizó el segundo panel de trabajo, denominado “¿Cómo reformar el sistema monetario internacional?” y que fue presidido por la ministra de Economía, Finanzas e Industria de Francia, Christine Lagarde, y el ministro de Hacienda de Chile, Felipe Larraín.
 
En este panel de trabajo participaron Joseph Stiglitz, profesor de la Universidad de Columbia y Premio Nobel de Economía 2001; Jacek Rostowski, ministro de Hacienda de Polonia, y Adair Turner, presidente de la Autoridad de Servicios Financieros del Reino Unido.

El jefe de las Finanzas Públicas de Chile —que presidió esta sesión de trabajo— informó que aquí la principal discusión se centró en el futuro del sistema monetario internacional, con dos planteamientos, uno liderado por Stiglitz y otro por él.

“Joseph Stiglitz planteó la idea de ir hacia una moneda supranacional, en particular los derechos especiales de giro, que es una moneda que existe, aunque en realidad es una unidad de cuenta que maneja el FMI, porque como moneda no circula”, resumió.

“El otro planteamiento —añadió— fue el mío, que veo más difícil un cambio radical desde el dólar. Veo un esquema de mayor competencia para el dólar, donde esta moneda va a continuar debilitando su participación en las reservas internacionales”.

El titular de Hacienda explicó su posición: “Ahí es donde probablemente hay un mayor espacio para que las monedas de países emergentes puedan tomar un mayor peso. Fundamentalmente estamos hablando de monedas asiáticas, pero por qué no pensar, en forma muy incipiente y pequeña, en una mayor participación de monedas latinoamericanas, como el real brasileño o el peso chileno, en una canasta de monedas más diversificada”.
 
Las actividades del seminario internacional de trabajo “Nuevo mundo, nuevo capitalismo” continúan mañana viernes con la tercera sesión, donde se analizará el tema “Por un área de crecimiento y la estabilidad en la región del Mediterráneo”.
 
Este último panel será presidido por Michèle Alliot-Marie, ministro de Asuntos Exteriores y Europeos de Francia, y Taieb Fassi-Fihri, ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación de Marruecos.
 
En esta sesión participarán Avishay Braverman, ministro de Asuntos de las Minorías de Israel; Henri Guaino, asesor del Presidente de Francia, y Ahmad Masa’deh, secretario general de la Unión para el Mediterráneo.

En otros temas, y consultado por periodistas, el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, reiteró su apoyo a la intervención del mercado cambiario, anunciada esta semana por el Banco Central, y descartó nuevamente que esta medida provoque presiones inflacionarias.

“No creo que los precios vayan a aumentar al mismo nivel que aumenta el tipo de cambio porque no todos los precios estaban ajustados a un tipo de cambio de $ 465. Por lo tanto, si los precios no estaban ajustados a $ 465, no tiene sentido pensar que se van a ajustar al alza en la misma proporción que aumenta el tipo de cambio”, sostuvo.

“La baja final del tipo de cambio no se reflejó directamente en los precios de algunos productos, como automóviles, artículos electrónicos y línea blanca, por lo tanto espero un efecto acotado sobre los precios del aumento del tipo de cambio”, agregó.

El secretario de Estado remarcó que “el balance costo/beneficio de la medida es altamente positivo porque estamos hablando del destino de cientos de miles de pequeños productores, que están fundamentalmente en la agricultura y en la industria, que proveen muchísimos empleos y que estaban amagados por la situación cambiaria”.

Sobre la tramitación del proyecto de ley del Ejecutivo que crea un nuevo Sistema de Protección de los Precios de los Combustibles (Sipco), destacó que la iniciativa ya fue aprobada por la Cámara de Diputados y será votada la próxima semana por el Senado, por lo que el proyecto “no está para nada entrampado”.

El jefe de las Finanzas Públicas precisó, en todo caso, que este no es un mecanismo para proteger frente a fluctuaciones cambiarias, sino que está definido para proteger a los consumidores frente a variaciones bruscas de los precios externos de los combustibles.

“Espero un apoyo bastante transversal a esta medida porque es un proyecto de ley que protege a los consumidores y, a la vez, protege las cuentas fiscales”, sentenció, recordando que el anterior sistema de estabilización de los combustibles tuvo un costo para el país superior a US$ 2.000 millones en la última década.