El ministro de Hacienda, Felipe Larraín, encabezó esta tarde en Nueva York, Estados Unidos, la colocación de un nuevo bono soberano de la República de Chile por US$ 1.000 millones, denominado en dólares de los Estados Unidos de Norteamérica, a 10 años plazo.
Asimismo, el ministro Larraín lideró en la misma ciudad una reapertura por US$ 350 millones del bono en pesos colocado en 2010. Con ello se buscó aumentar la liquidez de dicho bono en el mercado secundario, dando un paso adicional hacia la internacionalización del peso.
“Acabamos de colocar un bono por US$ 1.000 millones a 10 años, denominado en dólares, a una tasa final de 3,25%, marcando un nuevo mínimo histórico para las emisiones de Chile desde 1822. Se trata del cupón más bajo pagado por un emisor latinoamericano en la historia”, informó el secretario de Estado, acompañado por el coordinador de Finanzas Internacionales del Ministerio de Hacienda, Ignacio Briones.
“También hemos hecho una reapertura del bono en pesos, a 10 años, por un monto equivalente a US$ 350 millones”, agregó.
El jefe de las Finanzas Públicas destacó que “con esto incrementamos el tamaño de esa primera referencia histórica en pesos, llevándola a un nivel cercano a los US$ 900 millones. De esta forma le damos mayor liquidez al bono denominado en pesos”.
Este bono se colocó a 4,4%, 55 puntos base por debajo de la referencia local. Esto representa una economía para el Fisco del orden de US$ 17 millones respecto al financiamiento en el mercado doméstico.
El titular de Hacienda resaltó que la emisión de deuda soberana proporciona un valioso benchmark que facilita el acceso al crédito externo de las empresas chilenas.
“Chile supo aprovechar las condiciones actuales de tasas de los bonos del Tesoro Norteamericano en sus niveles más bajos de la historia (2%)”, remarcó.
Larraín hizo ver que acceder al mercado por estos días es difícil, por lo que subrayó que “es privilegio reservado sólo a quienes como Chile pueden mostrar una situación económica y fiscal impecables”.
“Tiene sentido económico que, aprovechando su acceso al mercado, Chile pueda endeudarse a tasas tan bajas en momentos de incertidumbre externa”, comentó.
El ministro de Hacienda, Felipe Larraín, precisó que, al igual que en 2010, se propone mantener la mayoría de estos recursos en el extranjero, no afectando el tipo de cambio nominal.
Añadió que parte sustancial de los recursos obtenidos se pueden utilizar para pagar deuda que llega prontamente a vencimiento (US$ 1.500 millones). En efecto, en enero de 2012 Chile debe amortizar US$ 650 millones y otros US$ 840 millones que llegan a vencimiento en enero de 2013.
Por esta vía, además, “la nueva emisión no aumenta el endeudamiento externo neto del país”, enfatizó.
El secretario de Estado puntualizó que un segundo uso que tampoco aumenta el endeudamiento neto del país consiste en hacer un aporte extraordinario al Fondo de Estabilización Económica y Social (FEES).
Cabe precisar que la rentabilidad histórica en dólares obtenida por el FEES supera largamente el costo de endeudamiento al que estaría accediendo nuestro país (3,3%).
En efecto, la rentabilidad anual promedio en dólares desde su creación (2007) ha sido de 6,21%, mientras que la obtenida en lo que va de 2011 es de 6,49%.