Al presentar hoy el Estado de la Hacienda Pública ante la Comisión Especial Mixta de Presupuestos del Congreso, el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, defendió la necesidad de avanzar gradualmente en un proceso de consolidación fiscal que vaya reduciendo el déficit estructural y afirmó que el crecimiento del gasto de 4,4% del proyecto de presupuestos 2016 contribuye en esa dirección.
En este sentido, el jefe de las finanzas públicas sostuvo que el erario del próximo año “refleja con toda claridad tres cosas: primero, una consolidación responsable del balance estructural a un ritmo coherente con el ciclo económico y con las posibilidades que tenemos; si tuviésemos más deuda habría que hacerlo más rápido; segundo, refleja que estamos teniendo recaudaciones de la reforma tributaria que nos permiten expandir prioridades; y tercero, que la prioridad central, por lejos, es educación”.
En la ocasión, además de detallar la nueva estrategia fiscal, el ministro realizó una extensa exposición sobre el escenario macroeconómico, actualizó las estimaciones del gobierno y defendió los sólidos fundamentos de la economía para hacer frente a un escenario externo menos favorable. “El menor crecimiento es una realidad en todos los países de la región. Hay factores domésticos, claro, pero creer que todo lo que nos pasa es made in Chile es un error y puede llevar a soluciones erróneas”, afirmó Valdés, destacando que nuestra economía ha hecho ya parte de su adaptación al nuevo escenario con cuentas externas ordenadas. “Hay casos que no quiero nombrar países específicos, pero que son notables respecto de cómo sus déficits han ido aumentando y tienen muchas tareas por delante a este respecto”, agregó.
Valdés recordó que si bien desde el punto más bajo de crecimiento del tercer trimestre del año pasado ha habido una leve recuperación, “ese crecimiento no ha tenido una gran firmeza, como lo muestra bien el Imacec de hoy”. Sobre esa cifra, comentó que el sector minero –que pesa en torno a 13% en el indicador- cayó fuertemente, afectando el dato global. En términos generales, sostuvo que si se aísla el efecto calendario la pérdida de dinamismo del segundo trimestre es que más bien un efecto simplemente estadístico. Y añadió que ha habido una leve recuperación en la demanda interna pero la inversión “continúa aún débil y recuperarla es la gran tarea que tenemos en la macroeconomía”.
El ministro destacó la resiliencia que ha mostrado el mercado laboral, pero advirtió que aunque esta es una “noticia muy buena en el corto plazo, también hace pensar que la capacidad de crecimiento de la economía en el largo plazo no es tan alta”. Destacó que el crecimiento del empleo es bastante elevado, con casi 180 mil puestos de trabajo creados en los últimos 12 meses. “Respecto de que si esto es sólo sector público, me gustaría decir que ciertamente la política fiscal que se decidió en el presupuesto anterior tiene implicancia para el crecimiento del empleo, pero decir que es la administración pública, que está sólo generando empleo, me parece que es injusto. Y es injusto porque directamente está creciendo en menos de 25 mil empleos de los 180 mil, y ese número no es tan anormal en la historia de esta serie. De hecho, en 2012 era 70 mil. En esta métrica, ese año se creó más empleo público que hoy”
Valdés afirmó que se espera que el mundo se expanda más en 2016 y también se prevé una gradual recuperación para el crecimiento de Chile, que llegará a 2 ¼ este año y 2 ¾ en 2016, con una demanda interna que se sitúa en 1,5% este año y en 2% el próximo. “Esperamos que la inflación disminuya gradualmente (de 4,3% este año a 3,8% en 2016) y que el precio del cobre tenga una leve recuperación”. Señaló que estas proyecciones “no son optimistas ni optimistas, son realistas, están dentro de los márgenes proyectados por el Banco Central y por diversos analistas”.
Sostuvo que la gradual recuperación que se proyecta para la economía se basa en varios factores que interactúan entre sí: Por un lado, la depreciación real del tipo de cambio está promoviendo una reasignación de recursos hacia sectores exportadores y sustituidores de importaciones. A ello se suma una política monetaria que debido a su efecto rezagado seguirá teniendo impacto en decisiones de inversión y consumo, junto con menores precios de combustibles y energía.
Valdés enfatizó que para acompañar el proceso de reacomodo de la economía, es importante la coordinación entre la política monetaria y fiscal, básicamente debido a que el shock externo hoy es muy distinto que el de 2009, donde hubo tras una brusca caída hubo un rebote en el precio del cobre. “Hacer esta coordinación es crucial para que el ajuste, el reacomodo de la economía a estas nuevas condiciones, sea lo menos costoso y lo más rápido posible y por lo tanto, se sienta menos lo que está pasando afuera”. Ello, explicó, implica condiciones que permitan un tipo de cambio elevado, tasas más bien bajas y un Fisco relativamente ordenado.
Estrategia fiscal
Sobre el escenario fiscal, el titular de Hacienda recordó que los comités consultivos redujeron los parámetros estructurales clave del presupuesto, llevando al Precio de Referencia del Cobre a US$ 2,98 la libra desde US$ 3,07 libra en 2014 y el PIB tendencial a 3,6% desde 4,3% en 2014. “Estas son noticias que no son buenas, pero que tenemos que incorporar al hacer el Presupuesto”, afirmó.
El ministro explicó que se consideró conveniente reflejar inmediatamente en la estimación del Balance Estructural los cambios en el ingreso estructural asociados al ajuste de los parámetros estructurales. “Vamos a defender y ser rigurosos en que tenemos que actualizar los parámetros estructurales en nuestra discusión. No podemos suponer que el 2015 el balance estructural es como si la economía estuviera creciendo como suponíamos el año pasado. Para mí equivale a medir el PIB efectivo sin las revisiones previas, porque si hay cambio de año base no tomar el año base adentro de las mediciones de crecimiento”, comentó.
Añadió que, junto con lo anterior y como una forma de simplificar el cálculo del Balance Estructural, se concretó un leve cambio metodológico al excluir el ajuste por molibdeno. “Es un ajuste muy técnico, pequeño, que nos agranda el déficit fiscal estructural en un décimo de punto”, precisó.
La autoridad informó que en este contexto, se resolvió graduar el proceso de consolidación fiscal a partir del próximo año, de manera de ir reduciendo el déficit estructural en aproximadamente un cuarto de punto porcentual del PIB por año hasta 2018, lo que se refleja en un nuevo decreto sobre la estrategia fiscal del gobierno que modifica la anterior de llegar al Balance Estructural ese año.
“Partimos de un déficit elevado y hay que disminuirlo. Tenemos tiempo para hacerlo gradualmente gracias a que tenemos una situación financiera que es sana, tenemos deuda que es baja, tenemos activos. Pero eso no significa que podamos tener déficit para siempre”, afirmó. Comentó que “un ajuste fiscal mayor implicaría no sólo construir hospitales más lento, salas cuna más lento, sino que ir a otras cosas que resulta cada vez más costoso gradualizar. Y desde el punto de vista macroeconómico, dado el estado del ciclo tampoco pensamos que sea prudente, bueno para la economía, hacer un ajuste estructural mayor”.
Partiendo del déficit estructural para 2015 estimado en 1,6% con los nuevos parámetros estructurales (0,9% antes del ajuste), el objetivo es alcanzar un déficit estructural en torno a 1,3% del PIB en 2016. Con esto, el déficit efectivo alcanzaría 3,2%. Este proceso de consolidación permitiría terminar el 2018 con un déficit estructural de 0,8% del PIB; es decir, la mitad del déficit estructural de 2015. “Tenemos una trayectoria de empeoramiento del déficit fiscal persistente desde el año 2011. Es importante que la política económica tome en cuenta eso y actúe sobre eso, porque si algo de algo estamos seguros - espero- es que uno no puede aumentar el déficit fiscal para siempre”, enfatizó.
Valdés también precisó que aunque la situación financiera del país es sana, la acumulación de activos de a poco ha ido disminuyendo y la posición financiera neta, que excluye los activos menos líquidos, ya es negativa. “Hay veces que me preguntan por qué no emitimos deuda y mi respuesta es que ya estamos emitiendo deuda porque tenemos un déficit fiscal elevado. Podemos financiar ese déficit a tasas muy convenientes, pero no podemos abusar de esa confianza que tienen los mercados con Chile. De ahí la importancia de iniciar este proceso de consolidación”, acotó.